
Fisiología del Yoga. Parte 2
Continuando nuestra investigación y reflexión sobre los principios fisiológicos del Yoga y, tras haber leído y comprendido la propuesta multidimensional (ver artículo anterior Fisiología del Yoga 1) que hace el yoga para explicar la anatomía del ser humano, podemos comprender y resumir que:
- La verdadera identidad del ser humano es su esencia o espíritu y no tanto nuestro cuerpo físico y nuestra personalidad, como se tiende a creer en nuestra cultura. Éstas son sólo dos partes o cuerpos (estados de consciencia) de las cinco Koshas que propone el Yoga para explicar la naturaleza multidimensional del ser humano. Cuando practicamos asanas y meditación, experimentamos un estado de consciencia diferente, de serenidad, donde podemos vivir la experiencia del espíritu, comprendiendo así un poco mejor la afirmación sobre la verdadera esencia del ser humano.
- La verdadera esencia del Yoga es el conocimiento del Ser, aunque las técnicas psico físicas que nos preparan para este conocimiento, pasen por ejercitar el cuerpo físico y la mente y nos beneficiemos de ellas a estos dos niveles. Lo que nos mueve a la práctica y lo que persigue el Yoga es desarrollar un estado de consciencia que nos permita vivir desde nuestra verdadera esencia, el Ser.
- Son 5 las capas o Koshas que componen la completitud multidimensional del ser humano: Annamaya Kosha o cuerpo físico, Pranamaya Kosha o cuerpo energético, Manomaya Kosha o cuerpo mental, Vijnamaya Kosha o cuerpo intuitivo y psíquico y Anandamaya Kosha o cuerpo donde se unen la consciencia individual y la cósmica. Cada uno de estos cuerpos se interrelacionan entre sí, encontrando el equilibrio constantemente en el cuerpo-energía. La práctica de yoga y el desarrollo de la sensibilidad necesario para percibir e intervenir en estos diferentes estados de consciencia, nos ayuda a poder profundizar en todos estos planos o Koshas.
Sin embargo, en esta ocasión, nos centraremos en la comprensión de la segunda kosha denominada Pranamaya Kosha o cuerpo energético por donde circula el prana o energía vital presente en todo el universo y en cada proceso de vida. Pranamaya Kosha se organiza en el funcionamiento del ser humano interconectado con el resto de los sistemas tanto físicos como mentales y de consciencia, a través de dos elementos fundamentales que son los Chakras y los Nadis.
Se trata de un entramado complejo de centros y trayectos energéticos por donde circula la energía que necesitamos para vivir y realizar las diferentes funciones que nos ponen en relación con nosotros mismos y con el exterior.
Chakra significa, en sánscrito, circulo o rueda y podemos decir que son centros de consciencia-energía situados por todo el cuerpo. Sus funciones son generar, absorber, acumular, transformar y distribuir la energía por todos los koshas. Los chakras más importantes están ubicados a lo largo de la columna vertebral, desde el periné hasta la coronilla y cada uno de ellos coincide con una glándula y plexo, relacionándose a través del sistema neuroendocrino también con el cerebro.
Cada chakra se ubica en un lugar del cuerpo físico y se interconectan todos ellos entre sí y con el cerebro a través de los trayectos energéticos llamados Nadis.
Existe mucha literatura y arte yóguico que explica y representa la cualidad y características de los Chakras, siendo muy interesante profundizar en todo ello, especialmente en sus funciones dentro del desarrollo personal y espiritual de las personas. Sin embargo, aquí nos centraremos básicamente en nombrarlos para entender su función en la organización del prana, sabiendo que en otras ocasiones escribiremos sobre los asanas indicados para la potenciación de cada uno de ellos.
Los principales chakras son:
- Muladhara: situado en la base de la columna vertebral, en el suelo pélvico y su plexo es el sacro. Relacionado con la conexión con la tierra y las funciones más básicas de apoyo y seguridad material.
- Svadhistana: ocupa su lugar en la zona del sacro y el coxis, a la altura de los genitales y su plexo es el prostático. Se le relaciona con la sexualidad y la creatividad en la vida.
- Manipura: situado en la zona lumbar a la altura del ombligo y su plexo es el solar. Su estado armonioso correlaciona con nuestro poder personal y el equilibrio.
- Anahata: encuentra su ubicación en la columna frente al corazón y se corresponde con el plexo cardiaco. Su equilibrio se relaciona con la capacidad de amar, la ecuanimidad y la compasión.
- Vishuddhi: en la zona cervical a la altura de la garganta y su plexo es el laríngeo. Trabajando elementos relacionados con nuestra forma de comunicarnos con el mundo, de expresarnos.
- Ajna: a nivel de la glándula pineal o el entrecejo y se corresponde con el plexo cavernoso. Se relaciona con funciones intuitivas y creativas.
- Sahasrara: situado encima de la cabeza a la altura de la coronilla un poco fuera del cuerpo físico. Su mejor funcionamiento nos ayuda a generar esa conexión con la energía universal de gracia.
Todos los chakras se activan, equilibran y potencian a través de las diferentes experiencias que transitamos en la vida y de la práctica de Hatha Yoga realizando asanas, pranayama y ejercicios de concentración de la consciencia en puntos específicos del cuerpo.
Por otro lado, los Nadis; son canales-trayectorias por donde circula la energía vital o prana a lo largo de todo el cuerpo. Se relacionan entre sí, con el sistema nervioso y el cerebro, en el cuerpo físico y componen una enorme red funcionando por todo el organismo. Los textos de la tradición yóguica hablan de cifras en torno a los 72.000, coincidiendo también con la teoría de los meridianos de la Medicina Tradicional China.
Los principales Nadis y los más estudiados por el Yoga son 3, situados a lo largo de la columna; Ida, Pingala y Sushumna. Las investigaciones relacionan estos 3 flujos energéticos con los sistemas nerviosos propuestos por la fisiología occidental: Sistema Nervioso Parasimpático, Simpático y Central.
Se atribuye Pingala Nadi al Sistema Nervioso Simpático encargado de preparar el organismo para su interacción con el exterior y conduce la energía vital. Energetiza el organismo y lo activa controlando los procesos vitales y dinámicos. Se ubica a la derecha de la medula espinal.
Ida Nadi se relaciona con el Sistema Nervioso Parasimpático a la izquierda de la columna vertebral y está encargado de conducir la energía mental. Regula los procesos internos del organismo, los procesos mentales y relaja la musculatura.
Sushumna es el canal central por donde fluye la energía universal denominada Kundalini desde Muladhara Chakra hasta Sahasrara Chakra a lo largo del proceso de evolución de las personas y se relaciona con las funciones del
Nervioso Central a través del cerebro y la médula espinal. La práctica de asanas, pranayama y meditación ayuda a la purificación del prana al mismo tiempo que facilita la activación de los diferentes Chakras y de los canales centrales energéticos Ida, Pinagala y Sushmna.
En la tradición espiritual del Yoga, se asocia la energía Kundalini con la consciencia suprema del Ser. Se justifica el requerimiento de la práctica de Yoga, a través de todas sus sendas, para poder desarrollar el estado de consciencia que nos aporta el conocimiento del Ser, al mismo tiempo que fortalecemos nuestro cuerpo físico y energético para así poder resistir el asalto de dicha consciencia.
En ocasiones, asociamos la energía Kundalini con la energía sexual o libidinal, siendo esto, sólo una parte de su manifestación. En realidad, cuando se eleva Kundalini, experimentamos una mayor conexión con la vida, con el placer, con nuestra sexualidad equilibrada, nuestras capacidades psíquicas, conexión con la energía universal, con el estado de gracia.
Cuando:
- Practicamos asanas concentrando nuestra mente en el cuerpo y la respiración…
- Realizamos ejercicios de gran concentración mental a través de diferentes técnicas de movilización de la energía como son las prácticas de pranayama…
- Nos aquietamos en postura de padmasana para concentrar la atención de la mente en las sutilezas de los diferentes cuerpos y conexión con la energía…
Cuando practicamos yoga, ponemos a funcionar simultáneamente, a muchos niveles, el cerebro, el cuerpo, la consciencia y la energía (a través de todos sus centros y trayectos): Activamos, fortalecemos, concentramos, relajamos y transformamos al mismo tiempo nuestras koshas. De esta manera, aportamos a nuestro cerebro un nuevo, creciente y transformador registro y experiencia de la consciencia, muy completa y versátil. Nuestro cuerpo, mente y sistema nervioso se fortalecen a través de toda esta práctica, ejercitando funciones complejas del cerebro que nos transforman progresivamente.
“La actividad y la pasividad deben ir juntos en las asanas” Iyengar.
Esta habilidad y entrenamiento resulta también necesario para poder movilizar y desarrollar todo lo que requiere la energía Kundalini para su elevación y así poder sostener el impacto que la ascensión de Kundalini genera en la persona a través de todos sus cuerpos.
Siendo practicantes de Hatha Yoga y meditación y, habiendo experimentado los efectos de la práctica en el funcionamiento de nuestros diferentes cuerpos, quizá podamos comprender más todo esto. Insistimos que, el verdadero conocimiento se realiza a través de la experiencia, de poder desarrollar estados de consciencia que me permitan avalar esto que de manera racional se describe aquí y en la literatura del Yoga.
Hatha Yoga en un proceso psico-físico-espiritual que nos ayuda a aumentar y optimizar nuestra energía y, sobre todo, nos ayuda a aprender a gestionar la influencia de dicha energía tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente y en la expresión que de ella realizamos a la vida.
Para transformarnos en seres alegres, maravillosos e impactantes en este mundo.
Artículo escrito por Cristina Pastor
Practicante e instructora de Yoga
Terapeuta Gestalt
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